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Noticias / Qué hacer en Lima: la ciudad milenaria de mil adjetivos
Perú es un destino histórico, patrimonial, natural, delicioso y diverso
Lima la gris, fría y con bruma, así suele recibir la capital de lo que alguna vez fue el imperio Inca a sus visitantes. Pero, para los que disfrutan de este clima -y también para los que no- solo hace falta un ligero abrigo y un corto paseo por la avenida Costanera, la cual bordea el océano Pacífico, una caminata por sus ancestrales calles o históricos museos, o probar cualquier preparación tradicional para entender que el clima no es un problema cuando se está en una ciudad que guarda miles de años de historia en sus calles, playas, rincones y tradiciones.
Y así lo pueden confirmar los más 1.874.800 turistas extranjeros que visitaron el país en los primeros siete meses del año. De acuerdo con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo de Perú, el turismo receptivo creció un 41 % entre los meses de enero y julio de 2024, en comparación con el mismo período de 2023.
Los principales mercados emisores de turistas extranjeros fueron Chile (431.657 visitantes), Estados Unidos (360.006), Ecuador (154.296), Bolivia (108.091), Brasil (107.793), y Colombia (93.831). Por su parte, la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato) reveló que entre enero y junio más de 11 millones de viajeros nacionales salieron del país por vía aérea, siendo Perú el séptimo país más visitado por los colombianos, cifra que ha venido en aumento y ha sido posible gracias a diferentes logros, como el caso de JetSMART, que ha movilizado a más de 480.000 pasajeros en Colombia y mantiene una frecuencia de siete vuelos semanales desde Bogotá y Medellín hacia Lima.
Para llegar a Perú desde Colombia, la aerolínea ofrece varias rutas en diferentes ciudades. Actualmente opera vuelos desde Bogotá, Medellín, Pereira, Cartagena y Santa Marta hacia Lima. Desde Medellín también conecta con Cusco, Arequipa y Cajamarca, con todas las rutas realizando escala en la capital peruana. Desde Cartagena, vuela a Cusco y Arequipa, mientras que desde Santa Marta, la conexión es vía Medellín.
Y es que, además de estos tradicionales destinos como Machu Picchu, Cusco, e Ica, Lima también se destaca por encender los sentidos de quienes la visitan. El tacto, la vista, el olfato, el oído, el gusto, y, sobre todo, la capacidad de sorprenderse, son puestos a prueba en esta ciudad milenaria, en donde las antiguas construcciones prehispánicas y coloniales se mezclan con moderna infraestructura, vías, zonas residenciales y comerciales; o donde podrá sumergirse en las frías aguas del Pacífico para, por unos minutos, convertirse en un objeto curioso para decenas de lobos marinos que se sumergen, saltan y olfatean alrededor suyo.
Foto: Museo de Sitio Pucllana / MIGUEL CRUZ
La cuna civilizatoria
En la historia de la Humanidad se conoce como “Cunas Civilizatorias” a las seis regiones del mundo donde surgieron las primeras civilizaciones de manera independiente, sin que una influyera sobre la otra. De todos los logros culturales del Perú, el más importante es el ser considerado como una de estas cunas de las civilizaciones actuales. Las otras cinco son: Egipto, Mesopotamia, China, India y Mesoamérica.
Y es que en la época Inca y años después, durante el Virreinato del Perú, Lima fue un centro económico, cultural, político y religioso de gran importancia. De allí que en esta capital sea posible caminar por las calles de cualquier barrio y toparse con alguna de las más de 350 huacas, o lugares sagrados de la cultura precolombina, en donde hace más de 5.000 años vivían los ancestros, se comercializaban productos y hasta se realizaban rituales para honrar a los dioses.
De allí que uno de los lugares a visitar en Lima sea el Museo de Sitio Huaca Pucllana. En el distrito de Miraflores está este lugar que conserva de gran manera un centro comercial y religioso con más de 1.500 años de antigüedad. Este museo ha servido como centro de investigación científica, es parte fundamental de la conservación arquitectónica y puesta en valor del sitio arqueológico; y fomenta la educación como nexo con la comunidad local, nacional e internacional.
Más al sur de Lima se ubica el santuario arqueológico de Pachacamac -o “Dios de los Temblores”-, el cual fue un gran centro ceremonial de sucesivas sociedades prehispánicas, y estuvo conformado por templos, plazas, palacios y otras edificaciones.
En las más de 450 hectáreas que componen este museo a cielo abierto, aún se logra observar algunos vestigios de lo que fueron estas construcciones, siendo el Qhapaq Ñan -o Camino Principal Andino- uno de los más importantes, pues este sendero, que en su momento tuvo más de 30.000 kilómetros, no solo permitió la difusión del culto a Pachacamac, sino que también integró territorios que hoy pertenecen a Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
Y dejando atrás las construcciones hechas en roca y barro, y a unos pocos minutos, el centro de la ciudad yace imponente e igual de histórico, reflejando muy bien la importancia del Virreinato del Perú. Grandes construcciones coloniales custodian amplias plazas, monumentos y caminos que conectan con iglesias o catacumbas, con restos óseos visibles en lo que antiguamente fue un camposanto, como las del Convento de San Francisco, en pleno centro de Lima y a pocas cuadras de la Plaza de Armas.
Caminar por una línea de tiempo tallada y resguardada mientras se visita el pasado en primera persona, esto es lo que simboliza sumergirse por las calles de esta ciudad, no en vano su centro histórico es declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Biodiversa, salvaje y rica
Es cierto que en Lima se puede despertar el amor por la tierra. Desde algunos puntos de la ciudad al mirar al occidente, y cuando las nubes lo permiten, se pueden observar las islas San Lorenzo y El Frontón. En la primera opera una estación naval y está la casa de verano presidencial. En la segunda hay rastros de lo que fue la cárcel El Frontón, penal reconocido por ser epicentro de un motín, y de una masacre en la que también estuvo involucrada la Marina de Guerra… Lima, contrastes e historia por donde se mire.
Detrás de estas dos, y después de un viaje de cerca de 40 minutos en barco, se llega a las islas Palomino, que hacen parte de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, y albergan a 22 islas y a 11 puntas guaneras a lo largo del litoral peruano. También son el primer destino turístico de naturaleza que se ubica cerca de Lima, y sirven como hábitat natural para más de 5.000 lobos marinos y pingüinos de Humboldt.
Foto: Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras (RNSIIPG) / MIGUEL CRUZ
Con los motores apagados y usando trajes de neopreno y chalecos salvavidas, es posible sumergirse en las frías aguas del Pacífico para nadar con estos animales, que llegan a pesar más de 150 kilos cada uno. Imponentes a la vista y al oído, pues los grandes machos que aún no se lanzan al agua rugen y se empujan por un pedazo de roca mientras los otros más curiosos se sumergen en el agua para acercarse a los turistas, a los que una vez más el frío deja de importar.
Y es que al hablar de biodiversidad, este país tiene mucho por mostrar. Perú, siendo la segunda nación con mayor porcentaje de selva amazónica también ocupó el segundo puesto en Global Big Day 2024, evento global de avistamiento de aves, documentando 1.448 aves. Este país también rompe registros si se habla de cacao, pues en el mundo existen 25 grupos genéticos, y Perú es el origen de 16 de ellos, lo que hace que el chocolate peruano sea reconocido y cotizado a nivel mundial.
Así como su gastronomía, la cual es un patrimonio popular y representa la identidad de las diferentes culturas que la componen. En el Mercado de Surquillo, en restaurantes huariques, de lujo, o hasta en puestos callejeros, no puede dejar de probar los ceviches, los tiraditos, el arroz chaufa, el chupe de pescado, los anticuchos, la chicha morada y el pisco, en cualquiera de sus combinaciones.
Lima la ancestral, la exquisita, la colonial, la multicultural, la colorida y, por qué no, la cálida, por la hermandad que demuestran sus habitantes, el picante en su comida y lo diversas de sus historias. Así se suelen despedir los visitantes de la capital del Perú.
*Invitación de JetSMART Y PromPerú.